Se ha observado que se emplean indistintamente las palabras féretro y sarcófago en noticias como: «... se ha intentado visualizar el contenido del sarcófago a través de rayos X, pero el grosor de las paredes de mármol del féretro lo impide, por lo que se estudia la posibilidad de abrirlo».
Con féretro nos referimos a la urna o caja cerrada, generalmente de madera, en la que se transporta el cadáver de una persona; se refiere, por tanto, a un objeto movible (del latín ferre 'llevar'). En cambio, con sarcófago se alude a la construcción, generalmente de piedra, y con ubicación fija, que contiene uno o varios cadáveres introducidos o no en sendos féretros.
En el ejemplo anterior, por tanto, son las paredes del sarcófago y no las del féretro las que dificultan la visión del interior.
Por ello, se recomienda emplear féretro para referirse a la caja utilizada para transportar el cadáver de una persona y sarcófago solo en los casos en los que nos refiramos a una construcción inamovible utilizada para dar sepultura a uno o varios cadáveres.
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