lunes, 2 de septiembre de 2013

Diferencias entre "ver y mirar"

Los verbos ver y mirar tienen, por su etimología,  tienen un contenido semántico diferente. Es decir, no son sinónimos, por lo tanto, hay diferencias en el uso. Mientras que ver viene del latín vidēre; mirar viene de mirāri, admirarse.
El verbo ver, de acuerdo con la definición del DRAE (2001), significa, en su primera acepción, ‘percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz’. En el Diccionario de uso de María Moliner se leen las definiciones siguientes para ver: poseer el sentido de la vista’ y ‘percibir algo por el sentido de la vista’.

Mirar, por el contrario, en el DRAE, aparece explicado con las siguientes palabras: ‘fijar la vista en un objeto, aplicando juntamente la atención’. En María Moliner, se lee: ‘aplicar a algo el sentido de la vista, para verlo’.
En resumen, puede decirse que ver alude más a una determinada capacidad física, y mirar, a cierto acto consciente y deliberado. Así, “vemos todo lo que miramos, pero no miramos todo lo que vemos; basta tener los ojos abiertos para ver, pero para mirar necesitamos ejercer, en alguna medida, la voluntad”.

Origen de la palabra "septiembre"

Septiembre viene de septem (siete en latín). Se llama así porque era el séptimo mes del calendario romano hasta el año 153 a. de C., cuando el inicio del año se trasladó de marzo a enero.
La forma tradicional en la escritura y en la pronunciación es setiembre (sin p). La forma latinizante septiembre la introduce la Academia en 1739 con la publicación del último volumen del Diccionario de Autoridades. Nos encontramos aquí ante un caso de influencia de la escritura en la pronunciación. Hoy las dos grafías se consideran correctas, aunque hay preferencia por la variante con p en la lengua culta.

38 palabras que solemos escribir con tilde y no la llevan

Repasamos en esta breve lista algunas de las palabras que causan más dudas a la hora de escribirlas con tilde o sin ella.

Fue, dio, vio: no llevan tilde, ya que las normas de ortografía establecen que los monosílabos no se acentúan nunca gráficamente, salvo en los casos de tilde diacrítica.

Ti: suele acentuarse por analogía con otros pronombres como mí, tú o sí cuando son pronombres. Pero estas formas la llevan para diferenciarse del mi y el tu adjetivos posesivos y del si pronominal.

Esto, eso, aquello: en ocasiones se acentúan indebidamente por influencia de los pronombres masculinos y femeninos (este, esta; eso, esa; aquello, aquella).

Sola: no debe llevar tilde porque es una palabra de dos sílabas, llana y terminada en vocal, pero a la que le solemos colocar la tilde por analogía con el adverbio solo.

Imagen, examen, volumen, resumen, origen, joven, margen: no llevan tilde por ser palabras llanas terminadas en -n, aunque sus plurales sí la llevan (imágenes, exámenes, volúmenes, resúmenes, orígenes, jóvenes y márgenes), ya que las formas en plural pasan a ser esdrújulas.

Heroico, estoico: en estas palabras la secuencia oi es un diptongo, son por tanto palabras llanas, de tres sílabas y terminadas en vocal que no deben llevar tilde.

Hubierais, hubieseis, fuerais, fueseis: se escriben sin tilde porque son palabras llanas terminadas en -s. Se silabean así: hu-bie-rais, hu-bie-seis, fue-rais y fue-seis.

Acabose y ponme: las formas verbales que incluyen pronombres llevan tilde o no de acuerdo con las normas de acentuación ortográfica actuales (antes sí llevaba tilde acabóse). Como acabose y ponme son palabra llana terminada en vocal, lo apropiado es no poner la tilde.

Continuo: el adjetivo continuo se escribe sin tilde por ser palabra llana terminada en vocal. Sí llevan acento ortográfico las formas verbales de presente y pasado (yo) continúo y (ella) continuó.


Huir, rehuir: huir es palabra monosilábica, pues la secuencia ui siempre forma diptongo. Y rehuir es palabra aguda terminada en erre.

Construido, incluido, influido, gratuito, huida, hinduismo, altruismo: todas estas palabras son llanas terminadas en vocal: cons-trui-do, in-clui-do, in-flui-do, gra-tui-to, hui-da, hin-duis-mo, al-truis-mo.

Caracteres: en el plural de carácter se cambia el acento de la vocal a, a la e, por lo que ha de escribirse y pronunciarse caracteres, no carácteres.

jueves, 29 de agosto de 2013

Uso correcto de "ileso"

Se advierte del uso incorrecto del adjetivo ileso referido a personas que han sufrido un accidente del que han salido con heridas leves.

El significado que da el DRAE del adjetivo ileso es: 'Que no ha recibido lesión o daño'.
Se indica que no debe confundirse, pues, el adjetivo ileso con sufrir heridas leves o de poca importancia o gravedad, porque cuando alguien resulta ileso en un accidente es porque no ha sufrido daño alguno.

Origen de la palabra "cultura"

El término cultura, que proviene del latín cultus, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Su definición ha ido mutando a lo largo de la historia: desde la época del Iluminismo, la cultura ha sido asociada a la civilización y al progreso.

En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos incluidos en la cultura.


Otra definición establece que la cultura es el conjunto de informaciones y habilidades que posee un individuo. Para la UNESCO, la cultura permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.


Según el enfoque analítico que se siga, la cultura puede ser clasificada y definida de diversas maneras. Por ejemplo, hay estudiosos que han dividido a la cultura en tópica (incluye una lista de categorías), histórica (la cultura como herencia social), mental (complejo de ideas y hábitos), estructural (símbolos pautados e interrelacionados) y simbólica (significados asignados en forma arbitraria que son compartidos por una sociedad).


La cultura también puede diferenciarse según su grado de desarrollo: primitiva (aquellas culturas con escaso desarrollo técnico y que no tienden a la innovación), civilizada (se actualiza mediante la producción de nuevos elementos), pre-alfabeta (no ha incorporado la escritura) y alfabeta (utiliza tanto el lengua escrito como el oral).

martes, 27 de agosto de 2013

Concordancia

Se define la concordancia, en términos gramaticales, como la armonía o correspondencia que debe existir entre determinados vocablos dentro de la frase o la oración. Entre el sustantivo y el adjetivo, por ejemplo, debe haber concordancia de género y de número. Es decir, cuando en una frase u oración un adjetivo califica a un sustantivo, ambos deben estar en el mismo género y en el mismo número.

Esta es la regla general básica de concordancia entre sustantivo y adjetivo: si el sustantivo es masculino, también lo será el adjetivo: “El galgo corredor”; “El cerro empinado”. Si el sustantivo es femenino, igual deberá serlo el adjetivo: “La liebre corredora”; “La cuesta empinada”. Si el sustantivo es singular, también lo será el adjetivo: “Un caballo brioso”; “Una casa abandonada”. Si el sustantivo es plural, el adjetivo deberá serlo también: “Unos caballos briosos”; “Unas casas abandonadas”.


Hay, sin embargo, sustantivos invariables en género, es decir, que no cambian morfológicamente para el masculino y el femenino, sino que se aplican del mismo modo en ambos géneros, mientras sí varía el adjetivo que los califica: “Un periodista bien preparado”, “Una periodista bien preparada”; “Un cantante prestigioso”, “Una cantante prestigiosa”.


Hay igualmente adjetivos invariables en género, por lo que se aplican de la misma manera cualquiera que sea el género del sustantivo: “Un abogado muy competente”, “Una abogada muy competente”; “Un edificio grande”, “Una casa grande”.


Desde luego, puede darse el caso de que un sustantivo invariable en género sea calificado por un adjetivo también invariable en género: “periodista competente”, “joven grande”. En estos casos para saber el género del sustantivo de que se trate hay que ponerle un adjetivo determinativo: “una periodista competente”, “un joven grande”.


En cuanto a la concordancia de número, ya vimos que la regla general es que el sustantivo y el adjetivo deben ir en el mismo número, singular o plural: “pueblo grande”, “pueblos grandes”; “bestia cerrera”, “bestias cerreras”.


Aunque son muy pocos, hay sustantivos invariables en número, es decir, que no cambian morfológicamente según estén en singular o en plural: “el déficit”, “los déficit”; “el superávit”, “los superávit”. El adjetivo que los califique irá en singular o en plural, según corresponda: “un déficit peligroso”, “los déficit frecuentes”.


Cuando un adjetivo califica a dos o más sustantivos del mismo género, el adjetivo va en plural y en el género de los sustantivos: “El cuaderno y el libro amarillos que están en la mesa”; “El saco, el chaleco y el pantalón traídos de la tintorería”.


Si en estos casos se pone el adjetivo en singular, se entiende que califica sólo al último sustantivo de la serie, lo cual es válido si en realidad fuese así, pero en caso contrario sería un error.


Si el adjetivo califica al mismo tiempo a dos o más sustantivos de distintos géneros, va en plural y en género masculino: “La chaqueta, la camisa y el pantalón amarillos” ; “La fiesta fue todo un éxito. La música, las bebidas y los pasapalos eran buenísimos”. En estos casos se recomienda poner de último un sustantivo masculino.

Se trata de, sin sujeto

La construcción se trata de es impersonal y por tanto no debe emplearse con un sujeto.

Sin embargo, es frecuente leer y escuchar en los medios frases como «La víctima se trata de un varón de alrededor de 50 años» o «El delito se agrava si el responsable se trata de un funcionario público».

Como explica el Diccionario Peehispánico de Dudas,  si aparece el sujeto lo adecuado es emplear el verbo ser, al que equivale esta expresión.

Así, en los ejemplos anteriores habría sido mejor escribir «La víctima es un varón de alrededor de 50 años» y «El delito se agrava si el responsable es un funcionario público».

La forma se trata de habría sido adecuada en cambio en construcciones como «En el accidente se produjo una víctima mortal. Se trata de un varón de alrededor  de 50 años» o «El delito se agrava si se trata de un funcionario público».