El término cultura, que proviene del latín cultus, hace referencia al
cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del
hombre. Su definición ha ido mutando a lo largo de la historia: desde la
época del Iluminismo, la cultura ha sido asociada a la civilización y
al progreso.
En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las
distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo
tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales,
los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos
incluidos en la cultura.
Otra definición establece que la cultura es el conjunto de informaciones
y habilidades que posee un individuo. Para la UNESCO, la cultura
permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través
de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.
Según el enfoque analítico que se siga, la cultura puede ser clasificada
y definida de diversas maneras. Por ejemplo, hay estudiosos que han
dividido a la cultura en tópica (incluye una lista de categorías),
histórica (la cultura como herencia social), mental (complejo de ideas y
hábitos), estructural (símbolos pautados e interrelacionados) y
simbólica (significados asignados en forma arbitraria que son
compartidos por una sociedad).
La cultura también puede diferenciarse según su grado de desarrollo:
primitiva (aquellas culturas con escaso desarrollo técnico y que no
tienden a la innovación), civilizada (se actualiza mediante la
producción de nuevos elementos), pre-alfabeta (no ha incorporado la
escritura) y alfabeta (utiliza tanto el lengua escrito como el oral).
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