Definida por el Diccionario como «mixtura de una sustancia grasa y otros
ingredientes, que se emplea como cosmético o medicamento», pomada se
deriva del latín poma, plural neutro de pomum 'fruta de carozo'.
Los romanos llamaban así a las frutas de mayor tamaño, pero no a las
más pequeñas —las uvas, por ejemplo—, como demuestra la frase
de Ovidio: nec pomo feta nec uvis (que no dé frutas ni uvas).
En las lenguas romances, pomum y sus derivados se especializaron para denominar a
la manzana, como ocurrió con el vocablo castellano poma, el francés
pomme o el italiano pomello. La papa o patata se llama pomme de
terre en francés y pomo de terra (manzana de tierra) en italiano. En
esta última lengua, el tomate se llama pomodoro o, coloquialmente,
pomidoro (manzana de oro).
Relata Fernando A. Navarro que en la Italia renacentista se preparaba un
cosmético con aroma de manzana, llamado pomata, muy apreciado por los
franceses, quienes adaptaron su nombre como pommade y así lo difundieron
al resto del mundo. Con el paso de los años, el nombre del antiguo
cosmético del Renacimiento se fue extendiendo a todo tipo de ungüentos,
principalmente medicinales
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