Todas las palabras de más de una sílaba tienen una que suena más
fuerte que las otras; esa es la sílaba acentuada, llamada también
tónica. En pa-pá y ma-má, con dos sílabas iguales, la última suena más
fuerte que la primera; esa es la sílaba tónica. El acento es, pues,
la mayor fuerza de voz de una sílaba dentro de una palabra. La sílaba
que no lleva acento, y por eso suena con menor fuerza, se llama
átona.
En Castellano tenemos dos tipos de acento. El acento prosódico es de carácter fonético, y es el acento propiamente dicho, que se percibe por el oído. El acento ortográfico
es el signo gráfico que se coloca sobre la vocal de la sílaba tónica,
para indicar en la lectura donde va el acento prosódico. Este signo es
una rayita inclinada a la derecha que se llama tilde Sin
embargo, no todas las sílabas acentuadas llevan este signo, que se
emplea según ciertas normas que luego veremos. De modo que hay sílabas
tónicas que llevan tilde, y otras que no lo llevan. En todo caso, no
hay que confundir acento con tilde. Muchas veces una persona pregunta
si tal palabra lleva acento y dónde lo lleva, cuando en realidad lo
que quiere saber es si lleva tilde y dónde.
Según nuestras reglas ortográficas, las palabras se
clasifican, de acuerdo con el acento que llevan, en agudas, graves o
llanas, esdrújulas y sobresdrújulas. Son agudas las palabras que
llevan el acento prosódico en la última sílaba: pa-pá, ma-má, ca-fé,
co-ra-zón, por-tu-gués. Estas palabras llevan tilde cuando terminan en
vocal o en consonante “n” o “s”. Sin embargo, no llevan tilde cuando
terminan en “s” precedida de otra consonante: ro-bots, tic-tacs.
Tampoco llevan tilde las palabras agudas terminadas en “y” griega:
vi-rrey, con-voy, es-toy…
No llevan tilde las palabras agudas terminadas en
consonante que no sea “n” ni “s”: pa-red, pa-pel, re-loj, a-bad,
sa-bor, ca-paz. Todas estas palabras son agudas, pues llevan el acento
en la última sílaba, pero no se les marca la tilde porque terminan en
consonante distinta de “n” y “s”.
Las palabras graves o llanas son las que llevan el acento
en la penúltima sílaba: es-té-ril, sí-lex, ár-bol, ál-bum, Héc-tor… A
estas palabras se les marca la tilde cuando terminan en consonante
que no sea “n” y “s”, como en todos estos ejemplos. Sin embargo,
cuando la palabra grave o llana termina en “s” precedida de otra
consonante, sí lleva tilde: bí-ceps, fór-ceps, có-mics… Igualmente
llevan tilde las palabras graves terminadas en “y” griega: pó-ney,
yó-quey…
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