La
definición que el DRAE nos de la palabra paradoja es, cuando
menos, bastante curiosa. Bajo el nombre paradoja
remite al masculino de ese mismo vocablo: “paradojo”. Y bajo
este, en primer lugar dice que es un adjetivo, auque
desusado, equivalente a lo que hoy se entiende generalmente
por paradójico. En una segunda acepción lo define
como “Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir
de las personas” Y continúa: “|| 3. Aserción inverosímil o
absurda, que se presenta con apariencias de verdadera. ||
4. Ret. Figura de pensamiento que consiste en emplear
expresiones o frases que envuelven contradicción. Mira
al avaro, en sus riquezas, pobre”.
Otros diccionarios más actualizados hacen de paradoja una definición más realista. El Diccionario CLAVE, por ejemplo, dice: “1. Hecho extraño, absurdo u opuesto a la opinión o al sentir generales: Es una paradoja que el más avaro de tus amigos te haya hecho el regalo más caro. 2. Figura retórica consistente en unir ideas aparentemente contradictorias e irreconciliables: La frase de Santa Teresa ‘Que muero porque no muero’ contiene una paradoja (…)”. En el Diccionario del español actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, leemos: “Hecho o dicho aparentemente contrarios a la lógica. (…) b) Figura retórica que consiste en una expresión que encierra una aparente contradicción (…)”. Y el Diccionario de uso del español de América y España VOX registra: “1. Dicho o hecho que parece contrario a la lógica: perseguir la paz con la violencia es una extraña paradoja; la paradoja es que los denunciados son más honestos, legales y admirables que el pretendido mundo exterior, oficial y legalizado. 2. Figura de pensamiento que cosiste en emplear expresiones que aparentemente envuelven una contradicción: “nacer para vivir muriendo” es una paradoja (…)”.
Lo cierto es que el uso común del vocablo paradoja, para referirse a un hecho que es por definición contradictorio, como los que abundan en la actividad cotidiana, sobre todo en el mundo de la política, no es sino la popularización, fuera del ámbito de la Retórica, y en general de la literatura, de lo que los diccionarios definen como una figura retórica, casi idéntica a lo que también se conoce como oxímoron.
En Venezuela tenemos una expresión popular que define muy bien lo que es la paradoja. Cuando queremos referirnos a alguien que acusa a otros de sus propios defectos, exclamamos: “¡Cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo!”.
Paradoja viene del vocablo latino paradoxus, y este del griego paradoxos.
Otros diccionarios más actualizados hacen de paradoja una definición más realista. El Diccionario CLAVE, por ejemplo, dice: “1. Hecho extraño, absurdo u opuesto a la opinión o al sentir generales: Es una paradoja que el más avaro de tus amigos te haya hecho el regalo más caro. 2. Figura retórica consistente en unir ideas aparentemente contradictorias e irreconciliables: La frase de Santa Teresa ‘Que muero porque no muero’ contiene una paradoja (…)”. En el Diccionario del español actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, leemos: “Hecho o dicho aparentemente contrarios a la lógica. (…) b) Figura retórica que consiste en una expresión que encierra una aparente contradicción (…)”. Y el Diccionario de uso del español de América y España VOX registra: “1. Dicho o hecho que parece contrario a la lógica: perseguir la paz con la violencia es una extraña paradoja; la paradoja es que los denunciados son más honestos, legales y admirables que el pretendido mundo exterior, oficial y legalizado. 2. Figura de pensamiento que cosiste en emplear expresiones que aparentemente envuelven una contradicción: “nacer para vivir muriendo” es una paradoja (…)”.
Lo cierto es que el uso común del vocablo paradoja, para referirse a un hecho que es por definición contradictorio, como los que abundan en la actividad cotidiana, sobre todo en el mundo de la política, no es sino la popularización, fuera del ámbito de la Retórica, y en general de la literatura, de lo que los diccionarios definen como una figura retórica, casi idéntica a lo que también se conoce como oxímoron.
En Venezuela tenemos una expresión popular que define muy bien lo que es la paradoja. Cuando queremos referirnos a alguien que acusa a otros de sus propios defectos, exclamamos: “¡Cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo!”.
Paradoja viene del vocablo latino paradoxus, y este del griego paradoxos.
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