lunes, 29 de abril de 2013

Escrache

Escrache es el nombre dado en Argentina, Uruguay y España a un tipo de manifestación pacífica en la que un grupo de activistas de Derechos Humanos se dirige al domicilio o lugar de trabajo de alguien a quien se quiere denunciar. Se trata de una palabra en jerga para referirse a un método de protesta basado en la acción directa, que tiene como fin que los reclamos se hagan conocidos a la opinión pública.

La palabra nació en su uso político en 1995 en Argentina, utilizada por la agrupación de derechos humanos HIJOS para denunciar a los genocidas del proceso liberados por el indulto concedido por Carlos Menem.

En Chile estas acciones son conocidas como funa.

En Perú, con una connotación más simbólica, su versión se llamó roche y sus activistas firmaban como "El roche".

En España, desde marzo del 2013, este término está siendo empleado —repentina y masivamente— por parte de los medios de comunicación, para referirse a las protestas pacíficas de acción directa de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca contra algunos de los abusos de los bancos: los abusos en el ámbito de las concesiones hipotecaria.

martes, 23 de abril de 2013

Origen de la palabra "jardín"

Aunque no procede del latín, esta palabra ya estaba incluida en el Diccionario latino español, de Antonio de Nebrija, con el significado de 'huerta'. Jardín llegó al español en el siglo XV, como calco del francés jardin, diminutivo del francés antiguo jart 'huerto' y este, del franco gart 'cercado', 'espacio limitado por una cerca'.

El vocablo alemán garten también se derivó directamente del franco, que era una lengua germánica, sin pasar por el francés, que, no obstante, dio origen no solo a nuestro jardín, sino también al italiano giardino.

El descubridor Cristóbal Colón al tropezar en uno de sus viajes con un pequeño grupo de islas las bautizó «jardín de la reina», como cuenta en este pasaje de sus memorias:

Determiné de seguir adelante y navegué ansí entre estas canales entre estas islas, las cuales heran más ásperas que en el jardín de la Reina, y ansí llenas de árboles verdes y hermosos, y de aves.

La acentuación (V)

La palabra "solo", cuando es adjetivo no lleva tilde: "Él estaba solo en su casa". Tampoco cuando tiene función de adverbio: "Solo bebimos agua".

Pero cuando esta palabra es adverbio y hay peligro de ambigüedad, entonces sí lleva tilde: "Pasaré solo unos días aquí" (Solo: sin compañía). "Pasaré sólo unos días aquí" (Sólo: solamente).


La palabra "aún" lleva tilde cuando es adverbio, con el significado de "todavía": "Ella aún era muy joven"; "El doctor aún no ha llegado". Pero cuando es conjunción, equivalente a "hasta", o adverbio, equivalente a "todavía" o "incluso", entonces no lleva tilde: "Aun los indigentes salieron a protestar"; "Todos los presentes, aun los que tenían dudas, votaron en contra". Tampoco lleva tilde "aun" cuando equivale a "siquiera" en una frase u oración negativa: "Ni aun ellos lo saben".


"Aun" tampoco lleva tilde cuando forma la locución conjuntiva "aun cuando", equivalente a la conjunción "aunque": "Aun cuando me lo rogara no se lo daría".


Las palabras compuestas, en cuanto a su acentuación, actúan como si fuesen palabras simples, y por tanto se rigen por las normas de acentuación general, sin tomar en consideración cómo se acentúan sus componentes por separado: "traspiés" (tras+piés), palabra aguda terminada en "s".


"Asimismo" (así+mismo), palabra grave o llana terminada en vocal; "portalámparas" (porta+lámparas), palabra esdrújula; "rioplatense" (ríoplatense), palabra grave o llana terminada en vocal; "Maribel" (Mari+bel), palabra aguda terminada en consonante que no es "n" ni "s".


Cuando se trata de una palabra compuesta cuyos componentes se enlazan por un guión, cada componente conserva la acentuación que le corresponde por separado, como palabra simple: "franco-alemán"; "crítico-biográfico"; "mágicorealístico".


El uso del guión para separar los elementos de una palabra compuesta es variable y se rige por diversos criterios. Lo más común es que las palabras compuestas separadas por guión son nuevas, recién formadas, que aún no se han consolidado.


Una vez arraigadas suelen perder el guión. Se dice también que los elementos de una palabra compuesta van separados por guión cuando contienen un elemento de controversia o contraposición: "diferendo colombo-venezolano; pero, "fraternidad colombovenezolana".

Las formas verbales que llevan pronombre enclítico se acentúan según las normas generales: callose, ordenole, mírame, déjame, habiéndose, etc.


A las palabras y locuciones latinas usuales se les marca el acento de acuerdo con las reglas generales de acentuación del Castellano: "accésit", "ítem", "memorando", "alma máter".

La acentuación (IV)

Además de los casos ya vistos, también se usa el acento diacrítico en los siguientes monosílabos para diferenciar categorías gramaticales: Con el "si" conjunción (No lleva tilde): "Si hace buen tiempo iremos a la fiesta"; "Ella no sabe si lo quiere".

Con el "si" sustantivo, en el sentido de nota musical (No lleva tilde): "Una obra en si bemol".

Con el "sí" adverbio de afirmación (Lleva tilde): "Si me lo pide le diré que sí".


"De" preposición (No lleva tilde): "Una novela de misterios".

"Dé" forma del verbo dar (Lleva tilde): "Hace falta que le dé una reprimenda"; "Por favor, dé mis saludos a su padre".


"Se" pronombre personal (No lleva tilde): "A primera vista se le ve la intención".

"Sé" forma del verbo "saber" o del verbo "ser" (Lleva tilde): "Yo sólo sé lo que dicen los medios"; "Sé prudente".


La conjunción "o" no lleva tilde, salvo, por excepción, cuando va entre dos cifras, para evitar que se le confunda con el cero: "Necesito 3 ó 4 docenas".


Los demostrativos (este, ese, aquel), con sus femeninos y plurales, pueden llevar tilde cuando son pronombres, pero sólo será obligatorio escribirlos con tilde cuando pueda haber confusión con el adjetivo demostrativo: "De modo que ésta mañana será la señora de Pérez".


Esta norma es una innovación de la Real Academia al adoptar un nuevo manual de ortografía, publicado en 1999. Antes se consideraba obligatorio el uso de la tilde en todos los casos en que fuesen pronombres. Ahora es solamente potestativo, salvo si se trata de evitar la ambigüedad, cuando es obligatorio.


Los pronombres demostrativos de género neutro (esto, eso, aquello) nunca llevarán tilde.

Obviamente, según lo visto no llevan tilde los adjetivos demostrativos: "Esta casa está sola"; "Ese regalo es el tuyo"; "Aquel hombre parecía borracho".


Las palabras adónde, cómo, cuál, cuán, cuándo, cuánto, dónde y quién cuando se usan como interrogativas llevan necesariamente tilde: "¿Adónde van?", "¿Qué deseas"?, ¿Cuál es la causa de tanto alboroto?", "¿Quiénes son los que van a presentar examen?", "¿Cuándo vendrá el doctor?", "¿Cuán cansados están?", "¿Dónde están los libros de contabilidad?".


Con estas palabras también es obligatoria la tilde cuando se emplean en frases interrogativas indirectas: "Le preguntó dónde vivía", "Quería saber cuándo llegaban los libros", "Quería saber qué faltaba para terminaba la obra", "Pregunta cómo hacer para ayudar", etc.


Igualmente llevan tilde cuando forman frases interjectivas: "¡Qué buena broma nos has echado!", "¡Cuántas cosas por resolver y el tiempo no nos alcanza", "¡Cómo ha llovido estos días!".

La acentuación (III)

Vimos que un diptongo es la concurrencia de dos vocales, una abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u), o dos cerradas distintitas (i, u) que se pronuncian en una sola voz, dentro de una misma sílaba: abier-to, cau-sa, deu-da, rei-no, pio-jo, coi-ma. Igualmente vimos que, auque dos vocales formen diptongo, es posible que algunas veces se pronuncien separadamente, como si no hubiese diptongo: ru-ido, flu-ir, cru-el, des-vi-a-do. La Real Academia no considera que esa pronunciación sea incorrecta, pero a los efectos ortográficos esos sonidos siguen siendo diptongos.

La "h" entre dos vocales, por ser muda, es decir, por no sonar, no impide que se formen diptongos: ahu-mar, ahi-ja-do, cre-hue-la.


Las palabras con diptongo llevan tilde cuando les corresponde según las reglas de acentuación: bon-sái, para-bién, des-pre-ciéis, a-máis, todas agudas terminadas en vocal y en consonantes "n" y "s" respectivamente. Igualmente las graves o llanas hués-ped y Huás-car llevan tilde, por terminar en consonantes que no son "n" ni "s". Y mur-cié-la-go, huér-fa-no también la tienen por ser esdrújulas, las cuales siempre llevan tilde.


Obsérvese que, como en los ejemplos anteriores, cuando el acento recae en el diptongo formado por una vocal abierta y una cerrada siempre será en la vocal abierta, en la cual irá la tilde: mué-rete, cái-ga-se, rom-pió. Si se trata de un diptongo formado por dos vocales cerradas el acento irá en la segunda, sobre la cual también irá la tilde: ben-juí, re-huí, in-ter-viú, mu-siú.


Además del diptongo, hay que tomar en cuenta el triptongo, que es la unión de tres vocales que se pronuncian en una sola voz, dentro de una misma sílaba. Siempre será una vocal abierta intercalada entre dos cerradas, y el acento invariablemente irá en la vocal abierta, sobre la cual irá la tilde, si corresponde: san-ti-guáis, a-preciéis. Ambas llevan tilde porque son agudas terminadas en "s". Buey, ma-puey llevan acento prosódico en la "e" por ser la vocal abierta del triptongo, pero no se les marca la tilde por terminar en "y", y la primera además por ser monosílaba (de una sola sílaba), que nunca llevan tilde salvo las excepciones que veremos.


Se llama hiato a la unión de dos vocales que se pronuncian por separado, en dos sílabas distintas, es decir, que no forman diptongo: pe-le-a, te-a-tro, ca-er, sor-te-ar, ve-o, to-re-o, ro-er.


Hay tres tipos de hiato: 1) Unión de dos vocales iguales: Saavedra, cooperar, proveer. 2) Unión de dos vocales abiertas distintas: caer, ahogar, vea, lea. 3) Unión de una vocal abierta átona con una vocal cerrada tónica, o viceversa: leímos, día, gustéis.

La acentuación (II)

Vimos que las palabras agudas llevan el acento en la última sílaba; las graves o llanas en la penúltima. Agreguemos ahora que las que llevan el acento en la antepenúltima sílaba se llaman esdrújulas: lám-pa-ra, pé-si-mo, lú-ci-do, enér-gi-co, má-gico, ró-tu-lo, lím-pi-do, es-tú-pi-do...

Y se llaman sobresdrújulas las palabras que llevan el acento antes de la penúltima sílaba: dí-ga-me-lo, en-tré-gue-se-lo, espe-cí-fi-ca-men-te...


Las palabras esdrújulas y sobresdrújulas siempre llevan tilde. Las sílabas y vocales sobre las cuales va el acento, tanto el prosódico (no lleva tilde) como el ortográfico (lleva tilde), se llaman tónicas, y aquellas que no lo llevan se llaman átonas. Por definición, las palabras monosílabas, o de una sola sílaba, son átonas, salvo las excepciones que luego veremos.


Las palabras agudas, según ya vimos, llevan tilde cuando terminan en vocal o en consonante "n" o "s": ma-má, quin-qué, allí, sei-bó, pas-par-tú, lec-ción, re-vés. Se exceptúan las palabras que terminan en "s" precedida por otra consonante, que no llevan acento ortográfico, pero sí prosódico: ro-bots, tic-tacs, coñacs, vi-vacs, bis-tecs... Tampoco llevan tilde las palabras agudas terminadas en "i griega" ("y"): virrey, con-voy, Pa-ra-guay, samu-ray, Mon-te-rrey, mo-rro-coy, co-cuy...


Las palabras graves o llanas llevan tilde cuando terminan en consonante que no sea "n" ni "s": ár-bol, es-té-ril, clí-max, fé-nix, hués-ped, álb-um, Héc-tor... Pero cuando la palabra termina en "s" precedida de otra consonante sí lleva tilde: bí-ceps, fór-ceps...

Las palabras graves o llanas terminadas en "i griega" ("y") también llevan tilde: pó-ney, yér-sey, yó-quei...


Para la apropiada acentuación de las palabras hay que tomar en cuenta los diptongos, unión de dos vocales que se pronuncian en la misma sílaba. Deben ser una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u), siempre que la cerrada no sea tónica: ai, au, ei, eu, oi, ou, ia, ie, io, ua, ue, uo: vai-na, cau-sa, pei-ne, oi-ga, bou, va-rias, cie-go, pio-jo, a-gua, bue-no, va-cuo. También forman diptongo dos vocales cerradas (iu, ui): ciu-dad, ruido...


Como ya se dijo, esta unión de vocales abiertas y cerradas forma diptongo cuando las dos se pronuncian de una sola vez, en la misma sílaba. Sin embargo, ocurre que a veces pronunciamos por separado las dos vocales del diptongo, deshaciéndolo de esa manera. Ocurre, por ejemplo, con palabras como "ruido", "fluir", "cruel", que sin darnos cuenta pronunciamos "ruido", "flu-ir, "cru-el". La Real Academia acepta este tipo de pronunciación, pero con respecto a la acentuación considera que son diptongos.

Acentuación (I)

Todas las palabras de más de una sílaba tienen una que suena más fuerte que las otras; esa es la sílaba acentuada, llamada también tónica. En pa-pá y ma-má, con dos sílabas iguales, la última suena más fuerte que la primera; esa es la sílaba tónica. El acento es, pues, la mayor fuerza de voz de una sílaba dentro de una palabra. La sílaba que no lleva acento, y por eso suena con menor fuerza, se llama átona.

En Castellano tenemos dos tipos de acento. El acento prosódico es de carácter fonético, y es el acento propiamente dicho, que se percibe por el oído. El acento ortográfico es el signo gráfico que se coloca sobre la vocal de la sílaba tónica, para indicar en la lectura donde va el acento prosódico. Este signo es una rayita inclinada a la derecha que se llama tilde Sin embargo, no todas las sílabas acentuadas llevan este signo, que se emplea según ciertas normas que luego veremos. De modo que hay sílabas tónicas que llevan tilde, y otras que no lo llevan. En todo caso, no hay que confundir acento con tilde. Muchas veces una persona pregunta si tal palabra lleva acento y dónde lo lleva, cuando en realidad lo que quiere saber es si lleva tilde y dónde.


Según nuestras reglas ortográficas, las palabras se clasifican, de acuerdo con el acento que llevan, en agudas, graves o llanas, esdrújulas y sobresdrújulas. Son agudas las palabras que llevan el acento prosódico en la última sílaba: pa-pá, ma-má, ca-fé, co-ra-zón, por-tu-gués. Estas palabras llevan tilde cuando terminan en vocal o en consonante “n” o “s”. Sin embargo, no llevan tilde cuando terminan en “s” precedida de otra consonante: ro-bots, tic-tacs. Tampoco llevan tilde las palabras agudas terminadas en “y” griega: vi-rrey, con-voy, es-toy…


No llevan tilde las palabras agudas terminadas en consonante que no sea “n” ni “s”: pa-red, pa-pel, re-loj, a-bad, sa-bor, ca-paz. Todas estas palabras son agudas, pues llevan el acento en la última sílaba, pero no se les  marca la tilde porque terminan en consonante distinta de “n” y “s”.


Las palabras graves o llanas son las que llevan el acento en la penúltima sílaba: es-té-ril, sí-lex, ár-bol, ál-bum, Héc-tor… A estas palabras se les  marca la tilde cuando terminan en consonante que no sea “n” y “s”, como en todos estos ejemplos. Sin embargo, cuando la palabra grave o llana termina en “s” precedida de otra consonante, sí lleva tilde: bí-ceps, fór-ceps, có-mics… Igualmente llevan tilde las palabras graves terminadas en “y” griega: pó-ney, yó-quey…

Origen de la palabra "pomada"

Definida por el Diccionario como «mixtura de una sustancia grasa y otros ingredientes, que se emplea como cosmético o medicamento», pomada se deriva del latín poma, plural neutro de pomum 'fruta de carozo'.

Los romanos llamaban así a las frutas de mayor tamaño, pero no a las más pequeñas —las uvas, por ejemplo—, como demuestra la frase de Ovidio: nec pomo feta nec uvis (que no dé frutas ni uvas).

En las lenguas romances, pomum y sus derivados se especializaron para denominar a la manzana, como ocurrió con el vocablo castellano poma, el francés pomme o el italiano pomello. La papa o patata se llama pomme de terre en francés y pomo de terra (manzana de tierra) en italiano. En esta última lengua, el tomate se llama pomodoro o, coloquialmente, pomidoro (manzana de oro).

Relata Fernando A. Navarro que en la Italia renacentista se preparaba un cosmético con aroma de manzana, llamado pomata, muy apreciado por los franceses, quienes adaptaron su nombre como pommade y así lo difundieron al resto del mundo. Con el paso de los años, el nombre del antiguo cosmético del Renacimiento se fue extendiendo a todo tipo de ungüentos, principalmente medicinales

jueves, 11 de abril de 2013

Origen de las palabras "traqueotomía y traqueostomía"

Se trata de términos médicos que designan dos procedimientos quirúrgicos diferentes. El primero se emplea para denotar una incisión quirúrgica de la pared de la tráquea, ya sea para extraer un cuerpo extraño, para intervenir en el interior de la tráquea o para crear una traqueostomía. Al final de esta intervención, el cirujano procede a cerrar el orificio, a menos que el propósito de la intervenció sea crear una traqueostomía. 

Traqueostomía refiere a una operación quirúrgica consistente en la apertura permanente de la tráquea mediante la incisión de su pared anterior, seguida de la colocación de una cánula o tubo en su interior a fin de garantizar la ventilación pulmonar, según explica el Diccionario de la Real Academia Nacional de Medicina de España.

Esa obra, en cuya confección participó como coordinador técnico el traductor médico salmantino Fernando A. Navarro, precisa que en la práctica médica ambos vocablos se usan de manera laxa como sinónimos, pero cabe precisar que tienen etimologías diferentes.

En efecto, el primero, que se forma mediante tráque[a] + el infijo -o- + -tomía. Su equivalente inglés, tracheotomy está atestiguado en inglés desde 1726 (tracheotomy).

El segundo se forma mediante tráque[a] + el vocablo griego -stom[a] (formación quirúrgica de un orificio) + el sufijo -ia.

El dicccionario de la Academia Española omite tal distinción, incluyendo ambos procedimientos bajo la entrada correspondiente a traqueotomía desde la «aceptación» del término, en 1843. En portugués, el diccionario brasilero de Aurélio Buarque de Holanda distingue ambas palabras.

Origen de la palabra "gaceta"

Este nombre designa una publicación periódica en la que se editan noticias de todo tipo: comerciales, administrativas, literarias o sobre cualquier otra área.

La palabra proviene del italiano gazzetta, nombre de una moneda veneciana de escaso valor del siglo XVII, que tenía grabada la imagen de una urraca (gazza). Una gazzetta era lo que cobraban los vendedores de diarios a los transeúntes que querían dar una ojeada al periódico sin comprarlo y, posteriormente, fue el nombre de algunos periódicos dedicados a anuncios administrativos.

El vocablo llegó a nuestro idioma para designar la Gaceta de Madrid, fundada en 1660, que empezó a ser publicada oficialmente con ese nombre en 1697 y sufrió varios cambios durante la Segunda República hasta llegar al actual Boletín Oficial del Estado (BOE)). Gaceta, con variantes fonéticas y ortográficas, se encuentra también en otras lenguas. En el siglo XIX, Karl Marx y Friedrich Engels colaboraron con un periódico alemán llamado Rhein Gazette (Gaceta del Rin); hasta hace pocos años, había en Brasil un diario de finanzas llamado Gazeta Mercantil.

Origen de la palabra "abril"

Abril es el cuarto mes del año en el calendario gregoriano y uno de los cuatro con treinta días. Proviene del nombre latino aprilis, pero existen dudas con relación a su origen. Desde muy antiguo se ha dicho que procede del latín aperire 'abrir' porque forma parte de la estación durante la cual las flores empiezan a abrirse en el hemisferio Norte, donde en este tiempo despunta la primavera.

Sin embargo, como los meses romanos se referían, en general, a las divinidades, y como abril estaba consagrado a Venus, algunos han sugerido que en sus orígenes el nombre de este mes podría haber sido aphrilis, en alusión a la Venus griega, Afrodita.

Estas propuestas etimológicas no son excluyentes. El lexicólogo británico Eric Partridge dice que la palabra latina aperire deriva del sánscrito áparas, 'último', 'próximo'. El lingüista francés Emile Benveniste le atribuye origen en el etrusco apru, que a su vez la habría tomado del griego Aphro, vinculado con el nombre de Afrodita, por el hecho de que en abril, con el estallido de la primavera, es cuando los jóvenes se enamoran en el Mediterráneo. En la opinión de Partrigde, esta hipótesis sería la más verosímil.