La
palabra pacotilla, de neto sabor coloquial, hoy día se
usa mucho menos que antes, a pesar de su rico contenido
semántico. Pacotilla se define como ³Porción de géneros
que los marineros u oficiales de un barco pueden embarcar por
su cuenta libres de flete² (DRAE). Dice también el diccionario
que pacotilla es, en Chile, Guatemala y Honduras,
³Chusma, gente baja y maleante². Y en El Salvador y Nicaragua
³pandilla. (Grupo de amigos)². El DRAE registra además dos
frases expresivas: ³Hacer alguien su pacotilla: Reunir un caudal
más o menos grande con una especulación, empleo o trabajo
cualquiera² y ³ser de pacotilla algo: Ser de inferior calidad, o
estar hecho sin esmero².
Fácilmente se percibe en la palabra pacotilla un
airecillo despectivo, y hasta una cierta relación semántica con
lo delictivo, sobre todo en la primera acepción que da el DRAE
(³Porción de géneros que los marineros u oficiales de un barco
pueden embarcar por su cuenta libres de flete²), que
inevitablemente se asocia con la idea de contrabando, aunque en
este caso se trataría de algo así como un contrabando
legalmente autorizado.
En Venezuela usamos el vocablo pacotilla más que todo
según el último registro del DRAE: ³Ser de inferior calidad, o
estar hecho sin esmero². Esta acepción parece tener hoy día
mayor uso, en general, que las otras, hasta el punto de que un
diccionario muy moderno, como es el Diccionario del español
actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, la
da en primer lugar: ³Conjunto de objetos, generalmente pequeños,
de baja calidad², e incluye también la expresión ³de pacotilla²,
definida como ³De baja calidad². En concordancia con esto el
Diccionario de venezolanismos (M. J. Tejera et al)
asienta: ³PACOTILLA: 1. Mercancía menuda o de poco valor;
baratija. 2. Cosa de mala calidad². Asimismo el Diccionario
del habla actual de Venezuela (R. Núñez / F. J. Pérez)
registra: ³pacotilla: Mercancía o producto ordinario o de
calidad inferior², y también, como coloquial en los Andes, ³Ropa
basta que se vende en los mercados públicos de pueblo². Y don
Lisandro Alvarado define la expresión de pacotilla como
³Frase adverbial aplicada a la mercancía o producto de calidad
basta, inferior, ordinaria o vulgar (Glosarios del bajo
español en Venezuela. Obras completas de Lisandro
Alvarado. T. II. M. de E. Caracas; 1954. p. 339). (Š)².
Hace algunos años se hizo muy popular en Venezuela una cadena de
tiendas, conocidas como Pepe Ganga, que se especializaba
en vender objetos, especialmente ropa, de pacotilla.
Es curioso que ninguno de los diccionarios citados diga
explícitamente que en nuestro país es común que la palabra
pacotilla no se refiera sólo a mercancías u objetos, sino
también a las personas. De modo que no es raro oír o leer frases
como ³Ella tiene un marido de pacotilla²; ³Ese es un
ministrico de pacotilla²; ³Fulano es un pobre diablo, un
escritorzuelo de pacotilla².
La expresión ³de pacotilla² suele reemplazarse por ³de utilería².
Pacotilla deriva de paca, ³Fardo o lío,
especialmente de lana o de algodón en rama, y también de paja,
forraje, etc² (DRAE). De ahí deriva también paquete, a
través del francés paquet.
Este espacio es público y está creado con el fin de conocer más sobre el origen de las palabras, gramática y todas las cosas que enriquecen nuestro idioma.
lunes, 5 de noviembre de 2012
El oxímoron
Entre las figuras retóricas
del tipo de las figuras de construcción también destaca
el oxímoron, menos frecuente en el habla común, pero
igualmente importante. A veces lo empleamos sin saberlo, como en
los demás casos, aunque es más elaborado, pero de todos modos
suele usarse de manera inconsciente. Consiste en una antítesis
en que se emplean dos palabras o frases de significados
opuestos, dando vida así a una nueva expresión, que de hecho
integra las otras dos, pero tiene un significado diferente. Como
cuando decimos, por ejemplo, agridulce, claroscuro, música
callada, soledad sonora, estruendoso silencio, difícil facilidad...
En el trasfondo de estas expresiones hay, sin duda, un valor
metafórico.
Son expresiones que se emplean en el lenguaje común, aunque dentro de un contexto de cierto nivel culto; pero el oxímoron se usa más frecuentemente en el lenguaje literario. La ardiente paciencia es el título de una novela del chileno Antonio Skármeta, en el que se contrapone la sensación de ardor, a la idea sosegada de la paciencia. Don Pedro Calderón de la Barca, uno de los más eminentes poetas y dramaturgos españoles, de la época barroca, en su obra de teatro más importante, La vida es sueño, emplea varias veces el oxímoron. Por ejemplo, en el monólogo de Segismundo, al comienzo de la obra, dice el prisionero: ³Inmóvil bulto soy de fuego y hielo². Y también: ³Una prisión oscura / que es de un vivo cadáver sepultura². En el primer ejemplo se emplean los términos contrapuestos fuego y hielo, y en el otro los vocablos vivo y cadáver. En ambos casos la contraposición semántica da origen a una tercera idea, muy bien definida: la imagen de un prisionero que se queja de su desgracia, y que oscila entre la indignación (fuego) y la frialdad de la impotencia (hielo), y siente que es un cadáver, pero sigue vivo.
Un venezolano que usó mucho el oxímoron, a veces combinado con otras figuras retóricas, fue Alfredo Arvelo Larriva, el mayor de nuestros poetas modernistas. Veamos una muestra: ³Con el herido corazón vendado / por ti, me desespero de esperanza². ³Y tras los lentes claros, las pupilas oscurasŠ². ³¹¡Canta! Sobre la lira es impotente / la injusticia brutal de la justicia². ³Noche de carnaval. Cuerda locura / se desbordaba en olas de alegría². ³¡Oh ruso rudo y fuerte, suerte de anciana encina / que aun reverdece bajo los copos del invierno². ³Y bajé la calle por tornar a verlos, / y torné a subirla por afán de ver².
También en la prosa literaria se usa el oxímoron. Alejo Carpentier, en un pasaje de su novela El siglo de las Luces dice: ³Šel adolescente miraba la ciudad, extrañamente parecida, a esta hora de reverberaciones y sombras largas, a un gigantesco lampadario barrocoŠ²; aquí se contraponen reverberaciones y sombras largas. También: ³Šun crepúsculo que pronto incendiaría el cielo durante unos minutos, antes de disolverse en una noche repentinaŠ², donde contrastan la idea de incendiar el cielo y la imagen de la noche repentina. Más adelante describe un personaje agobiado por un ataque de asma, y dice que ³exhalaba un silbido sordo², contraponiendo el sonido agudo de un silbido a un sonido bajo. A renglón seguido habla de sus ojos, ³ausentes a pesar de su fijeza², enlazando dos ideas igualmente contrapuestas: la ausencia metafórica de los ojos y la fijeza de su mirada.
Como se ve, el oxímoron es una figura retórica de gran fuerza expresiva.
Son expresiones que se emplean en el lenguaje común, aunque dentro de un contexto de cierto nivel culto; pero el oxímoron se usa más frecuentemente en el lenguaje literario. La ardiente paciencia es el título de una novela del chileno Antonio Skármeta, en el que se contrapone la sensación de ardor, a la idea sosegada de la paciencia. Don Pedro Calderón de la Barca, uno de los más eminentes poetas y dramaturgos españoles, de la época barroca, en su obra de teatro más importante, La vida es sueño, emplea varias veces el oxímoron. Por ejemplo, en el monólogo de Segismundo, al comienzo de la obra, dice el prisionero: ³Inmóvil bulto soy de fuego y hielo². Y también: ³Una prisión oscura / que es de un vivo cadáver sepultura². En el primer ejemplo se emplean los términos contrapuestos fuego y hielo, y en el otro los vocablos vivo y cadáver. En ambos casos la contraposición semántica da origen a una tercera idea, muy bien definida: la imagen de un prisionero que se queja de su desgracia, y que oscila entre la indignación (fuego) y la frialdad de la impotencia (hielo), y siente que es un cadáver, pero sigue vivo.
Un venezolano que usó mucho el oxímoron, a veces combinado con otras figuras retóricas, fue Alfredo Arvelo Larriva, el mayor de nuestros poetas modernistas. Veamos una muestra: ³Con el herido corazón vendado / por ti, me desespero de esperanza². ³Y tras los lentes claros, las pupilas oscurasŠ². ³¹¡Canta! Sobre la lira es impotente / la injusticia brutal de la justicia². ³Noche de carnaval. Cuerda locura / se desbordaba en olas de alegría². ³¡Oh ruso rudo y fuerte, suerte de anciana encina / que aun reverdece bajo los copos del invierno². ³Y bajé la calle por tornar a verlos, / y torné a subirla por afán de ver².
También en la prosa literaria se usa el oxímoron. Alejo Carpentier, en un pasaje de su novela El siglo de las Luces dice: ³Šel adolescente miraba la ciudad, extrañamente parecida, a esta hora de reverberaciones y sombras largas, a un gigantesco lampadario barrocoŠ²; aquí se contraponen reverberaciones y sombras largas. También: ³Šun crepúsculo que pronto incendiaría el cielo durante unos minutos, antes de disolverse en una noche repentinaŠ², donde contrastan la idea de incendiar el cielo y la imagen de la noche repentina. Más adelante describe un personaje agobiado por un ataque de asma, y dice que ³exhalaba un silbido sordo², contraponiendo el sonido agudo de un silbido a un sonido bajo. A renglón seguido habla de sus ojos, ³ausentes a pesar de su fijeza², enlazando dos ideas igualmente contrapuestas: la ausencia metafórica de los ojos y la fijeza de su mirada.
Como se ve, el oxímoron es una figura retórica de gran fuerza expresiva.
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