La
palabra quimera ha sufrido, a través del tiempo y del uso, una interesante
evolución semántica. Inicialmente Quimera era el nombre de un animal fabuloso,
con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón o de serpiente, que echaba
fuego por la boca. El poeta griego Hesíodo, en su Teogonía, lo describe con tres
cabezas: la principal, de león; una, de cabra, en el centro del lomo, y una de
serpiente al final de la cola.
Quimera era una bestia que devastaba los campos y seducía a las personas, que
se le entregaban fascinadas. Era hija de Tifón y Equidna, hermana, esta, de las
Gorgonas, por lo que Quimera venía a ser sobrina de ellas. Era muy peligrosa y
difícil de combatir, y nadie podía atacarla de frente porque la bestia lo
destruía. El único que pudo con ella fue Belerofonte, hijo de Posidón o Poseidón,
dios del mar, y de Niso, hija del rey de Megara. Yóbates, a quien su yerno,
Preto, rey de Tirinto, le había encargado asesinar a Belerofonte por una intriga
de su mujer, envió a este a matar a Quimera, creyendo que no podría hacerlo, y
que mas bien ella lo mataría a él. Pero Belerofonte se elevó montado sobre
Pegaso, el caballo con alas, y cayó desde lo alto sobre Quimera y le dio muerte,
en lo que podría ser el primer combate aire-tierra de la historia. Se cuenta que
Belerofonte puso en la punta de su lanza un trozo de plomo, que, al derretirse
por el calor del fuego que Quimera despedía de su boca, la mató.
Según Virgilio cuenta en la Eneida, la nave del héroe troyano Eneas se llamaba
Quimera, y llevaba en la popa una figura de aquel fabuloso animal.
No es difícil comprender cómo la palabra quimera pasó a representar lo
irrealizable, lo inalcanzable, lo fabuloso. Primero es lo que materialmente no
puede ser. Pero luego pasa a significar también lo ideal, lo fantasioso, el
producto de la imaginación. Del nombre Quimera se pasó a lo quimérico, lo
imposible, identificable con la Utopía.
En el DRAE hay tres acepciones de la palabra quimera: ³Monstruo imaginario que,
según la fábula, vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola
de dragón. || 2. Aquello que se propone a la imaginación como posible o
verdadero, no siéndolo. || 3. Pendencia, riña o contienda². Los más modernos
diccionarios suprimen la última acepción, o la dan como rara, y privilegian la
acepción relativa a lo ideal, lo ilusorio, remitiendo a un segundo plano el
nombre de la bestia mitológica.
La palabra quimera, que inicialmente es nombre propio y luego se desdobla en
nombre común, es vieja en Castellano, pero su aparición en el DRAE es algo
tardía, en la edición de 1780, aunque con la sola acepción de ³Pendencia, riña,
o contienda (Š)². Es en la de 1803, ya en el siglo XIX, que aparece la
definición luego consolidada como principal: ³Lo que se propone a la imaginación
como posible, o verdadero no siéndolo².
La palabra Quimera deriva del vocablo latino Chimaera (animal fabuloso), que a
su vez proviene del griego khímaira, con igual significado. Corominas advierte
que entra a nuestro idioma de manera indireta, a través de cimera (derivada,
esta sí, directamente de la latina Chimaera), nombre de la figura de una quimera
que lucía en lo alto de los yelmos de las antiguas armaduras con que se
protegían los combatientes.