jueves, 19 de mayo de 2011

Sobre el léxico - A -

Accidente fortuito. Redundancia. Un accidente es siempre algo inesperado, un suceso fortuito.

Adolecer de. No es sinónimo de ‘carecer’. Significa “tener o padecer algún defecto”. (“Su informe ‘adolece’ de imprecisión”). Se usa con frecuencia seguido de nombres como ‘falta’, ‘escasez’, ‘exceso’, pero también se emplea sin estos sustantivos: “Ese trabajo ‘adolece de incoherencia”; “Ese libro ‘adolece’ de frivolidad”, etcétera.

A la mayor brevedad. Incorrecto. Dígase y escríbase ‘con la mayor brevedad

Aún. Sólo lleva acento cuando equivale a ‘todavía’. Ejemplos: ‘aún no ha llegado’; pero ‘aun sin jugar, clasificó’.
Aunado a. Lo correcto es ‘aunado con’.
Aterrizaje de emergencia. Traducción inapropiada del inglés ‘emergency landing’. En español se dice ‘aterrizaje forzoso’.

A raíz de. No es correcto su empleo con el sentido de ‘debido a’ o ‘por causa de’. Significa ‘inmediatamente’, ‘después de’. Incorrecto: ‘Fue sancionado a raíz de su reiterado incumplimiento de las normas’.


 

Origen de la palabra "Canguro"

El nombre de este mamífero marsupial de Australia y Nueva Guinea fue registrado por primera vez en 1770 en los diarios de viaje de capitán James Cook y de Joseph Banks, con las grafías kangooroo (Cook) y kanguru (Banks).

Ambos exploradores británicos coincidieron en que ese era el nombre que le daban al animal los nativos del río Endeavour, en el noreste de Queensland, Australia. Algunos geógrafos británicos han objetado que esta denominación puede haber sido un localismo limitado a algún pequeño lugar de Australia o aun provenir de una transcripción errónea.

La palabra llegó a nuestra lengua a partir del francés kangourou, con la grafía actual a partir de 1890 y en 1899 quedó incorporado en el Diccionario de la Academia.

Origen de la palabra "Jeroglífico"

La escritura primitiva de los egipcios consistía en signos representativos de objetos concretos de la vida cotidiana y símbolos de sonido. Los ideogramas reproducen no solamente el objeto dibujado, sino también ideas concretas o abstractas afines a él, mientras que el fonograma, más vinculado a la escritura actual, representa apenas un sonido.

Este sistema de escritura, llamado jeroglífico, constituyó un misterio para los arqueólogos hasta que en 1799 un soldado del ejército de Napoleón descubrió una piedra con inscripciones en griego y en egipcio. En 1821, el egiptólogo francés Jean-François Champollion las descifró, abriendo así la clave para interpretar los jeroglíficos.

El nombre de esta escritura, en griego hieroglyphikós, se basó en hierós 'sagrado' y glyptein 'grabar', o sea 'escritura sagrada', porque eran los sacerdotes egipcios quienes se servían de este sistema para grabar sus textos.

Origen de la palabra "Mondongo"

Voz de origen africano, se refiere a los intestinos de las reses, según el Diccionario de la Academia. Sin embargo, en la región del Río de la Plata se emplea principalmente para designar una pieza de carnicería obtenida del estómago de la res y también a un guiso que se prepara con ella, equivalente a lo que en España se llama callos.

La palabra se registra en castellano por lo menos desde 1581, cuando Mateo Alemán publicó su novela Guzmán de Alfarache en la que aparece este texto:
Y desta manera se habían de continuar cincuenta y cuatro ollas al mes, porque teníamos el sábado mondongo. Si es tiempo de fruta, cuatro cerezas o guindas, dos o tres ciruelas o albarcoques, media libra o una de higos [...].
Aunque algunos africanistas brasileños también proponen un origen africano del término, el hecho de que surgiera tan tempranamente en España torna esa hipótesis poco verosímil, ya que el tráfico de esclavos aún no había alcanzado su apogeo en la América española, y es muy difícil que escritores españoles emplearan vocablos africanos en esa época.

Corominas sugiere que mondongo se derivó de bandullo 'vientre o conjunto de las tripas de los animales', que a su vez proviene del árabe batn 'intestinos' y 'carne del vientre de un animal'.

Origen de la palabra "Correo"

Es el nombre del servicio público que tiene por objeto el transporte de la correspondencia oficial y privada, y también designa a la persona que tiene por oficio llevar correspondencia de un lugar a otro. Por extensión, es también el vehículo que lleva la correspondencia.

Palabra común a varias lenguas romances, su origen es dudoso, aunque se supone que proviene del provenzal antiguo corrieu, compuesta de corir 'correr' y lieu 'lugar'. Este término también denotaba a la persona que iba de un lugar a otro con cartas y mensajes. Sin embargo, algunos han llamado la atención acerca de la importancia que puede haber tenido en su formación el vocablo del castellano antiguo correo, que en los tiempos del Cid Campeador significaba 'bolsa para llevar dinero'. Esta hipótesis deja sin explicar cómo habría llegado esa palabra española, en aquellos tiempos de comunicaciones difíciles y de viajes escasos e interminables, al italiano corriere y al francés courrier, al catalán correu y al provenzal corrieu.

Es más clara la etimología del adjetivo postal, proveniente del latín positus, el nombre de los puestos de correo situados a lo largo de los caminos, destinados al descanso a los caballos de los mensajeros.

El diccionario de la Academia registra también una acepción de la palabra propio, que se vincula al correo: "Persona que se envía de un punto a otro con carta o recado". En Montevideo, una gran avenida mantuvo hasta algunos años el nombre Camino de los Propios, homenaje a los mensajeros que la recorrían con cartas y mensajes —llevados 'en sus propias manos'— desde un pequeño puerto en el sur de la ciudad hasta las mansiones de los gobernantes, situadas en una lujosa villa en las afueras.

Origen de la palabra "Odisea"

Después de la Ilíada, el poema épico en que se narra la guerra de Troya, Homero cantó la Odisea para contar la saga de Odiseo, el más célebre de los héroes de aquella guerra. Tras la guerra de Troya, Odiseo (para los latinos, Ulises) vivió incontables peripecias y demoró veinte años para llegar a su casa en Ítaca, donde era esperado por su mujer, Penélope, y por su hijo, Telémaco.

El nombre de Odiseo pasó a las lenguas modernas como epónimo de un viaje largo, preñado de toda clase de aventuras o, también, como una 'sucesión de peripecias, por lo general desagradables, que le ocurren a alguien'. Es el caso de este titular publicado en el diario argentino Los Andes, el 17 de abril de 2011:
«Pasó tres años en la cárcel, era inocente y ahora cuenta su odisea»

Origen de la palabra "Epicentro"

Durante los últimos días, buena parte de la prensa ha coincidido en el error de identificar el epicentro del terremoto ocurrido en Japón como el lugar donde ocurrió el choque de dos placas tectónicas, a unos diez kilómetros de profundidad. El diario argentino La Nación decía el sábado 12 en su edición digital:
"...el epicentro del movimiento telúrico, que duró dos minutos, se localizó a una profundidad de 10 kilómetros...".
El periódico se refería en realidad al hipocentro del sismo, definido en el diccionario como el "punto del interior de la corteza terrestre donde tiene origen un terremoto".

Los movimientos sísmicos ocurren por el choque o el roce de placas tectónicas de la corteza terrestre. En el lugar de la falla, que se llama hipocentro, se genera una energía que se difunde en ondas concéntricas, las cuales al llegar a la superficie ocasionan terremotos, maremotos y tsunamis. Si desde el hipocentro se traza un segmento de recta vertical en dirección opuesta al centro de la Tierra, el punto de intersección entre este segmento y la superficie del planeta se llama epicentro, un punto que por definición no puede estar debajo de la superficie.
En efecto, en el diccionario el epicentro es definido como "centro superficial del área de perturbación de un fenómeno sísmico, que cae sobre el hipocentro".

Ambas palabras se forman con la palabra centro a la que se anteponen los prefijos griegos epi- (sobre, por encima de) y hypo (por debajo), respectivamente.

Origen de la palabra "Sismo"

Palabra proveniente del griego seismós ‘conmoción’, ‘sacudida’ y también ‘temblor de tierra’, usada en español de dos formas: sismo y seísmo, ambas incluidas en el Diccionario de la Academia desde 1947. Hasta la primera mitad del siglo pasado, se utilizaba la palabra terremoto como denominación de los temblores de tierra.

Por esa razón, la palabra no nos llegó directamente del griego, sino por intermedio del francés seisme, empleada en esa lengua desde fines del siglo XIX. El vocablo francés fue creado a partir de la invención del sismógrafo hacia 1880 por el geólogo John Milne, el ingeniero Thomas Gray, ambos ingleses, y el físico escocés James Alfred Ewing.

El aparato destinado a medir la intensidad de los terremotos se llamó en inglés seismograph, apelando a la palabra griega, luego en francés, sismomètre y llegó a nuestra lengua como sismógrafo, palabra incluida en el Diccionario desde 1899, medio siglo antes que sismo. En inglés, la palabra griega sólo fue adoptada para denominar el instrumento que mide la intensidad de los terremotos, pero éstos siguieron llamándose earthquake. A diferencia de otros aparatos que toman su nombre de la cosa medida, en español y en francés el sismógrafo dio una nueva denominación a los terremotos.

Origen de la palabra "Mariposa"

El nombre castellano de la mariposa, de historia tan colorida como sus alas, proviene de antiguas canciones y dichos infantiles que se referían a algunas de las ciento sesenta mil especies de insectos conocidos con ese nombre y las llamaban a posarse con versos tales como "María pósate, descansa en el suelo".

Los ingleses prefirieron llamarlas butterfly 'mosca de la manteca', un nombre parecido al que le dieron los alemanes, Milchdieb 'ladrona de leche'; los franceses, papillon, del latín papilione, y los portugueses, borboleta, del antiguo belbellita, formado a partir del adjetivo latino bellus 'bueno', 'bonito'.

Origen de la palabra "Che"

Es un vocativo actualmente reservado al trato íntimo, habitual en Uruguay, Argentina y también en el portugués del sur de Brasil (tche). Es de origen guaraní, lengua en la cual significa 'tú' o 'usted'. Su uso no siempre se limitó al trato íntimo: en narraciones de tiempos coloniales es frecuente encontrar diálogos en los que se incluye che, Coronel, como tratamiento de respeto. El apodo del Che Guevara le fue dado por sus compañeros cubanos, como se sabe, por el empleo reiterado que hacía de esta forma que a ellos les sonaba tan extraña.

Corominas menciona el che valenciano, pero nos parece que nada indica que el che del Cono Sur tenga ese origen; parece tratarse más bien de una coincidencia de esas que a veces se presentan en los estudios etimológicos.

Sobre el léxico - A -


A. Evítense las construcciones galicadas a motor, a vela, a pilas; sustitúyanse por ‘de motor’, ‘de vela’, ‘de pilas’. Igualmente, aquellas que se puedan sustituir por la preposición por/para o por el relativo que: “Quedan diez partidos a disputar” (por: “quedan diez partidos por disputar”). Hay tres temas a discutir (por: “Hay tres temas que discutir”). De igual modo, deben evitarse los giros acto ‘a celebrar(se)’, decisión ‘a tomar’, asunto ‘a resolver’, etcétera; escríbase ‘decisión que se ha de tomar’, ‘asunto que debe ser resuelto’, etcétera.

Ripios y barbarismos frecuentes II

Otras locuciones que deben evitarse:
a) Los corrientes, o el corriente, para aludir a una fecha determinada.
b) Basado en. Debe escribirse ‘sobre la base de’ o "con base en".
c) Motivado a. Es incorrecto escribir: Sufrió un accidente ‘motivado a’ la alta velocidad. Debe escribirse: Sufrió un accidente ‘debido a’ la alta velocidad. También es incorrecto: Sufrió un accidente ‘a causa de’ la alta velocidad.
d) Hace tiempo atrás. Redundancia obvia. Cuando decimos ‘hace tiempo’, se entiende que ese momento quedó atrás (en sentido figurado). También son frecuentes otras construcciones erróneas como ‘hace días atrás’ o ‘hace quince años atrás’.
e) Hasta que no. Es evidentemente disparatado escribir:No será entregada la mercancía hasta que no paguen…”, pues en ese mismo momento no la han pagado, de manera que ya debieron haberla entregado. Lo correcto es: ‘No será entregada la mercancía mientras no paguen…’ o ‘No será entregada la mercancía hasta que paguen…’.
f) Sonreído. Debe escribirse ‘sonriente’.
g) Tener lugar. Es un galicismo sólo aceptable cuando se trata de un acontecimiento que ocurrió en determinado sitio, e inadmisible si se escribe que ocurrió a determinada hora. En este último caso, lo correcto es escribir  se efectuó o se realizó. Correcto: ‘Tuvo lugar en la sede del IND…’. Incorrecto: ‘Tuvo lugar el domingo pasado…’.
h) Incautar. Este verbo sólo se emplea en su forma pronominal: incautarse. Por tanto, es incorrecto decir: “La Guardia Nacional incautó 18 millardos de bolívares en ropa de contrabando”. Lo correcto es: “La Guardia Nacional se incautó de un contrabando de ropa valorado en 18 millardos de bolívares”.
i) Quinceavo o doceavo, cuando se trate de un ordinal. El sufijo avo está indicando la cantidad de partes en que se divide un todo. Es correcto: El MAS aspira a obtener una onceava parte de los votos. O bien: María Alejandra Vento está en el decimoquinto lugar del escalafón mundial.
j) Es incorrecto colocar artículos a los porcentajes, puesto que se trata de números (numerales). No debe escribirse el 8% de la población’, ni tampoco ‘un 8 por ciento de la población’. Lo correcto es ‘8% de la población.
k) Los adverbios modifican a los verbos, a los adjetivos o a otros adverbios, y sólo así deben utilizarse. Es correcto: ‘Va deprisa’. Es incorrecto: ‘Camina rápido’. (Rápido es adjetivo y, junto al verbo, ocupa el lugar del adverbio. Lo correcto sería camina rápidamente).
l) Por el orden o en el orden. Evítense estas locuciones incorrectas. Dígase y escríbase ‘un monto del orden de 400 millones’, ‘un presupuesto del orden de 15 billones de bolívares’.
m) Solución habitacional. Dígase y escríbase ‘unidad de vivienda’. Si el contexto lo permite y puede identificarse claramente de qué tipo de construcción se trata escribiendo ‘casa’ o ‘apartamento’, prefiérase.
n) El día después. Calco erróneo del inglés ‘day after’. Después, en español, es adverbio y no adjetivo. Para el ‘after del inglés, el castellano tiene el adjetivo ‘siguiente’. En consecuencia, debe decirse ‘el día siguiente’ y no ‘el día después’.
ñ) Completamente gratis, totalmente gratis. Es un pleonasmo (reiteración innecesaria y errónea). No existe ‘parcialmente gratis’. Lo gratuito es un absoluto; si no, no es tal.
o) Estrenó nueva imagen. Es un pleonasmo. Se entiende que si ‘estrenó’ imagen es porque ésta es nueva.
p) Década de los años… Todas las décadas están formadas por años. Escríbase ‘década de los setenta’ o ‘década de 1970’.

Ripios y barbarismos frecuentes


Una de las locuciones que deben evitarse es el adjetivo sustantivo ‘el mismo’, o su plural, ‘los mismos’, en función del pronombre.
Es incorrecto:‘El Presidente habló el sábado pasado en Maracaibo con los indocumentados. Dijo que los mismos...’
Es correcto: ‘El Presidente habló el sábado pasado con los indocumentados. Dijo que ellos...’.

Tips para tener presente...


Ciertos sustantivos, trasladados al género femenino, se prestan a confusión y suelen someterse a variaciones ortográficas que deben evitarse. He aquí los más frecuentes:
-El líder / la líder (no la lideresa)
-El canciller / la canciller
-El juez / la juez
-El abogado / la abogado
-El médico / la médico
-El modista / la modista
-El poeta / la poeta (no la poetisa)

Tips para tener presente...

La adjetivación debe ser cuidadosa. Cabe recordar que, como sentenciara el poeta chileno Vicente Huidobro, “el adjetivo cuando no da vida, mata”. Ernest Hemingway aprendió en The Kansas City Star que ciertos epítetos enfáticos como grande, magnífico, tremendo, bastaban para desnaturalizar el reportaje mejor construido.

lunes, 16 de mayo de 2011

Normas de redacción y estilo - I parte


La preposición a es usualmente mal usada en el periodismo venezolano. No se debe emplear antes de nombres propios no personales.
Es incorrecto: El presidente Lula da Silva ‘visitará a Caracas’.
Es correcto: El presidente Lula da Silva ‘visitará Caracas’.
Sin embargo, hay verbos que así lo exigen, y por lo tanto constituyen la excepción: El presidente Lula da Silva ‘vendrá a’ Caracas.

Origen de la palabra "Gazapo"

Voz usada para referirse a un conejo joven, pero también para mencionar yerros en el lenguaje hablado o escrito.
¿Dónde se origina este segundo significado de gazapo? Pues, no tiene nada que ver con ningún conejo; el gazapo de los errores tiene una etimología diferente: proviene de la antigua palabra española gazafatón, derivada de la griega kakénfaton, que en esa lengua significaba 'error de lenguaje' o 'palabra malsonante'.
El gazapo de largas orejas, en cambio, tomó su nombre de otra palabra griega: dasupous, del mismo significado.
Ambas acepciones de gazapo tienen en común apenas el hecho de que sus designados saltan allí donde menos se los espera.

Origen de la palabra "Claustrofobia"

Significa 'temor patológico a los espacios cerrados'. Quien padece esta neurosis experimenta accesos de pánico o angustia cuando se encuentra, por ejemplo, en un ascensor o en una habitación pequeña y cerrada. Según el psicoanálisis, la claustrofobia es causada por un sentimiento de culpa relacionado con el desarrollo anormal de la sexualidad.

La palabra —acuñada por el creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, y registrada en castellano desde 1925— está formada por la voz latina claustrum y la griega phobeomai 'yo temo'. Claustrum significa en latín 'tranca', 'cerrojo', 'cerradura', todo aquello que sirve para cerrar un local y, por extensión, designa un 'recinto cerrado'. Derivado del verbo claudere 'cerrar', este vocablo está también en el origen de clausurar 'cerrar en forma definitiva', de incluir 'poner dentro de un espacio cerrado' y de concluir 'cerrar' (en el sentido de dar algo por terminado). En inglés, la palabra latina dio lugar a los verbos to close 'cerrar' y to disclose 'revelar', 'dar a conocer', además de originar muchos otros verbos compartidos con nuestra lengua, tales como include 'incluir', conclude 'concluir'.

Origen de la palabra "Infierno"

Del latín infernum y este, probablemente, del griego averno o, tal vez, de inferus 'inferior', 'subterráneo'. Para los antiguos griegos, los muertos debían cruzar el río Aqueronte, que daba siete vueltas alrededor del infierno, a bordo de una barca que era guiada por Caronte, un genio del mundo de los muertos, quien navegaba protegido por su perro Cerbero, hermano de la Hidra de Lerna. Caronte cobraba por el viaje, y quien no pagaba la travesía tenía que pasar cien años vagando por las márgenes del río, una idea en la que, quizá, se inspira la creencia cristiana en el purgatorio. Para proteger a los muertos de ese destino, los griegos acostumbraban poner una moneda debajo de la lengua de los cadáveres antes de enterrarlos.

El can Cerbero, por su parte, dio origen a la palabra cancerbero, que se aplica a los guardias o porteros de modales groseros.

Origen de la palabra "Tupamaros"

El 18 de mayo de 1781, el revolucionario Túpac Amaru II (José Gabriel Condorcanqui), que lideraba un rebelión indígena, fue obligado por los españoles a presenciar la ejecución de sus aliados, amigos, su esposa y sus dos hijos, antes de ser descuartizado. Pero estas crueles medidas no fueron suficientes para sofocar el levantamiento en el Virreinato del Perú, que continuó bajo la dirección de su primo Diego Cristóbal Túpac Amaru.

La muerte de Condorcanqui convirtió su nombre en un símbolo de la lucha contra el colonialismo español, hasta el punto que, en el siglo XIX en la zona del Río de la Plata, los españoles llamaban despectivamente 'tupamaros' a los criollos que luchaban por la independencia.

Este nombre fue retomado en el Uruguay, en la segunda mitad del siglo XX, por el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), un grupo armado de izquierda radical que se proponía tomar el poder, que fue derrotado en 1972.

Tras una dictadura que se prolongó hasta 1985, los tupamaros uruguayos resurgieron, ahora como organización legal que aceptaba las reglas del juego democrático. En 1994 los primeros tupamaros ingresaron al Congreso uruguayo y en 2010, uno de sus líderes, José Mujica, asumió la presidencia de la República.

El nombre tupamaros fue retomado posteriormente por organizaciones radicales de Perú y de Venezuela.

Origen de la palabra "Hipócrita"

Con frecuencia oímos decir «Fulano es un artista», no como elogio a las dotes histriónicas de la persona sino para señalar que es un fingidor, un hipócrita. La hipocresía es un arte, al menos etimológicamente: la palabra se deriva del griego tardío hypokrisía (hypokrisis en griego clásico), que era precisamente el arte de desempeñar un papel teatral.

Para Suetonio, un hypocrités es el que imita a otro personaje en la comedia, un comediante, pero también un histrión y hasta un tonto.

En los escritores cristianos de la Edad Media, se cristalizó el sentido de la falsedad de la interpretación teatral del hipócrita, que se convierte en alguien que finge sentimientos opuestos a los que realmente experimenta con el objetivo de engañar a alguien.

Origen de la palabra "Europa"

Muchos siglos antes de designar lo que hoy llamamos Viejo Continente, Europa fue el nombre de por lo menos cinco heroínas que conocemos a través de la mitología griega, la más célebre de las cuales era la hija del rey fenicio Agenor. La bella adolescente Europa despertó una pasión incontenible en Zeus, quien la raptó y la llevó a la isla de Creta, la mayor del Egeo, donde ambos hicieron el amor bajo la sombra de unos plátanos, árboles que, en recuerdo de este romance, conquistaron el privilegio de no perder sus hojas. Del amor de Europa y Zeus nació Minos, quien un día sería rey de Creta.

Como topónimo, Europa aparece por primera vez en un himno homérico a Apolo, datado entre los siglos VIII y XI antes de nuestra era, en el que se designa con este nombre a una parte de la Grecia continental para diferenciarla del Peloponeso y de las islas del mar Egeo. En el siglo V a. de C., Heródoto escribía de la amante de Zeus: 'La fenicia Europa era asiática y jamás estuvo en la tierra que los griegos llaman ahora por su nombre'. Por la misma época, Esquilo usaba este topónimo para las tierras que se extendían al oeste de Asia.

viernes, 13 de mayo de 2011

Origen de la palabra "Bingo"

Una noche fría de 1929, el vendedor de juguetes neoyorquino Edwin Lowe conducía su coche por una carretera del sur de los Estados Unidos, cansado y deprimido. Hacía pocos meses que la gran depresión había sacudido los cimientos de la economía norteamericana y conmovido al mundo, y se vivían días difíciles.

Mientras buscaba un hotel donde pernoctar, Lowe advirtió una tienda colorida al borde de la carretera, con muchas luces y música, y se acercó para ver de qué se trataba. Estacionó su auto y entró. En medio de una atmósfera cargada de humo de tabaco, contempló a cierto número de personas sentadas alrededor de una mesa sobre la cual cada una tenía un cartón y un montoncito de frijoles. Un sujeto, que actuaba como animador, extraía bolillas numeradas de una bolsa y cantaba los números ante los circunstantes, que ponían, de vez en cuando, un frijol sobre los cartones.

Al acercarse un poco más, Lowe observó que lo que los participantes tenían ante sí era una especie de cartón de lotería con los números del 1 al 75 alineados en cinco columnas. Al completar una línea, el jugador gritaba triunfalmente: ¡beano!, del inglés bean (frijol). Entusiasmado con la novedad, y ya menos deprimido, el vendedor viajero se llevó a Nueva York la idea del juego, que ensayó exitosamente con amigos y familiares. Un día, mientras estaban jugando en la casa de Lowe, uno de los participantes, emocionado por haber ganado la partida, se equivocó y, en vez de ¡beano!, gritó ¡bingo!, palabra que acabó adoptada como nombre del juego. El vendedor siguió desarrollando la idea y terminó por encabezar cada una de las cinco líneas de números por una de las letras de la palabra bingo, que pasó a nuestra lengua con la misma grafía: bingo. Con este juego, Lowe amasó una cuantiosa fortuna y, al final de la recesión, ya era un hombre muy rico.